El proyecto se ciñe a responder a un programa muy exigente dictado por parte de los promotores. Se trata de un local diáfano muy oscuro que cuenta con una fachada de tres ventanales tapiados, que se recuperan para aportar luz natural.
El nuevo local tras la reforma está formado por: tres gabinetes para los tratamientos de médico-estéticos, un despacho comunicado con los gabinetes, una sala para manicuras y pedicuras, y un almacén y aseo al fondo del local.
Al tratarse de un local interior, se juega con la iluminación indirecta y con unas grandes pantallas circulares insertas en el falso techo, con la que se pretende engañar a los sentidos, dando la sensación de ser lucernarios. Los materiales elegidos son: el microcemento y la madera de pino tratado. El objetivo de estos materiales, junto con colores muy claros, es el de aportar luz interior y sensación de limpieza.